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miércoles, 9 de enero de 2008

Silence - Chapter 2 - A fanfic of Shaman King

Disclaimer: Shaman King y todos sus personajes pertenecen a Hiroyuki Takei, yo solo intento mostrar una historia sin ningún fin de lucro


Silence

Por Lizeth Torres
Shaman King fanfiction
Genre: Romance, drama
Chapter: 2
State: In progress
Fiction rating: T (13+)

Capitulo 2
Oportunidades

Llegaste luna a iluminarme cuando ya el sol me había rechazado, me acobijaste con tus tenues brillos hipnotizando mi mente.


Era notorio que para el castaño salir de la ciudad no le resultaba muy agradable, no importaba que lo intentara disimular con las sonrisillas que le enviaba cada vez que lo observaba de reojo, todo el viaje se la mantuvo en un continuo silencio, nada típico en el chico, y en sus ojos podía darse cuenta de lo tanto que le pesaba no poder negarse al deseo de su familia.

En tren no durarían mucho en llegar, cuanto mas, llegarían antes del anochecer. Había querido negarse en ir ese mismo día, Yoh lucía tan ilusionado el día de ayer por salir esa misma tarde, sin embargo Kino no estaba para juegos, pues a juzgar por el tono de voz, aquel tema que quería conversar con su discípula no podía esperar más.

Pero Yoh no se quejó en lo más mínimo, en cambio la alentó a no negarse a obedecer alegándole que su sorpresa no era tan espectacular, que ya en otra ocasión la llevaría a aquel sitio que tenia planeado.

Al llegar a la antigua casa de los Asakura ya se estaban asomando las estrellas en el cielo, Tamao los estaba ya esperando en la entrada, las órdenes de Kino habían sido muy claras, en cuanto llegará la rubia, debía de dirigirla hasta el salón en que se encontraba aguardando la anciana.

Aunque la pelirrosa lucia como siempre con su expresión insegura la rubia pudo darse cuenta de que la verdadera preocupación estaba reflejada en su rostro. Cuando llegaron al edificio principal de la mansión Yoh fue abandonado en una de las estancias, la aprendiz muy avergonzada dio mil excusas por dejar al heredero de los Asakura abandonado sin ninguna explicación, pero él como era de esperarse le sonrió indicándole que no había problema.

El recibimiento por parte de Kino no fue nada espectacular ni denotaba la verdadera urgencia del asunto, pero eso ya lo sabia, para aquella anciana las bienvenidas nunca resultaban relevantes, esa mujer era a un mas fría que ella misma, nunca le importaba ser cortés y solo se interesaba por ella misma, como esperaban que ella, Anna, no fuera muy parecida a su maestra.

- Aquí estoy como esperaba- se anunció ella misma sin molestarse en quitar la aspereza de su voz, tras de ella escuchó como Tamao corría la puerta para dejarla a maestra y discípula a solas.

- Vaya, te ves molesta- dijo con algo de cinismo Kino Asakura invitando a Anna para que se acercara al fondo del salón. Su alumna no le contestó, solo fijó su mirada en la anciana que tenia enfrente- te lo diré de una vez, como recordaras ya son varios años que su matrimonio fue anunciado.

Lo primero que pensó era en una boda prematura, apresurar los planes quizá con el objetivo de que Yoh madurara un poco mas para recibir un papel mas activo en las tareas de la familia con el gobierno, sabía que el castaño ya tenia cierta fama por haber participado en el torneo y llegar tan lejos, cosas como esos lograban filtrarse por algunos funcionarios, los Asakura no siempre eran los shamanes utilizados para ayuda espiritual, algunos otros shamanes eran contratados de vez en cuando, seguramente a través de ellos llegaron a conocer la importancia del apellido Asakura, y sobre todo el heredero de la familia.

- Como sabes comenzamos a tener algunas aprendices después del torneo, Keiko se está haciendo cargo de ellas por el momento y varias de ellas son muy buenas candidatas- ese era un desvío del tema o una insinuación para nada agradable.

Era en esos momentos en los que deseaba poder leer la mente de Kino Asakura sin que la vieja itako se diera por enterada.


No intentaba engañarse con aquello de que no le importaba que todo su plan se le fuera abajo, y por supuesto el dinero invertido, ahora perdido, no era su principal angustia. Estaba agotado, todos esos días planeando, preparando, esforzándose para que nada saliera fuera de lugar, incluso se había esmerado en no dejar a un lado su entrenamiento.

Pero no podía evitar que la familia se interpusiera, si bien no estaba muy ligado a su familia emocionalmente, tenia que cumplir sus peticiones y norma, y aunque la orden no era directa para él, no podía pedirle a Anna que se negara. Tenía que confesar que en el fondo deseaba que la rubia por una vez mostrara rebeldía y decidiera desobedecer el mandato de su abuela. Ni que mencionar que estaba decepcionado por no ser apoyado por ella, en cierta forma la entendía, su familia había cuidado de ella desde temprana edad, por lo tanto estaba en deuda con los Asakura. Pero también había que confesar que solo era por su potencial y por el gran peligro de que se transformara en otro monstruo como su fallecido hermano.

Tamao entró en ese momento soltando un suspiro, ella sabia que nada bueno tenía vendría después de que las dos mujeres que dejó en aquella habitación terminaran de hablar. Yoh fijó sus ojos en ella, suplicando internamente que la verdad se le saliera a su amiga de la boca, él intuía que la pelirrosa conocía todo lo concerniente al asunto por el que su prometida estaba a solas con su abuela.

La chica vio las intenciones de Yoh, y antes de que el moreno pudiera abrir la boca negó con la cabeza, no estaba autorizada a revelar nada, aquello ameritaría un castigo para ella. Y él conocía perfectamente de que tipo de castigos eran, a ambos les tocó compartir castigos cuando eran pequeños por cosas como no cumplir sus obligaciones en la limpieza de la mansión.

- Lamento que…- el castaño mantenía buena comunicación con ella desde que Keiko le dio la autorización para tener un celular en la ciudad, por lo tanto estaba enterada de todo lo que debió de ocurrir ese día.

- Ya se solucionará- dijo sin fijarse en la falta de entusiasmo en que pronunciaba esas palabras, como un acto reflejo volteó hacia la puerta donde Anna debería reaparecer.

Un incomodo silencio se postró sobre ellos, una atmósfera muy pesada en la que Tamao no se sentía muy segura, particularmente por la persona que se estaba dejando llevar por ese ambiente, tenia que admitir que Yoh no era el mismo chico que hace años y que su frase alentadora ni el mismo se la había creído cuando la pronunció


Kino la explicó como si tuvieran todo el tiempo detenido que la rubia estaba calificada para poder emprender la enseñanza de las nuevas alumnas, sugirió entre líneas que su deseo mas ferviente era el de ponerla precisamente como una de las sensei de esas niñas, su carácter firme y su dominio sobre la materia forjaría excelentemente a la nueva generación, abriría nuevas puertas y atraería a mas gente interesada en el ocultismo. En ese punto se detuvo para explicarle que no aceptarían a cualquiera, el objetivo no era proveer de nuevos chamanes, sino demostrar el por que del apellido con tanta tradición que significaba ser un Asakura, y en la cima de eso a final de cuentas estaba Yoh.

- Si el interés es lo único que tienes esto te viene como anillo al dedo- mencionó al final con una sonrisa burlona la anciana- y eso no me molesta en lo más mínimo, muchos matrimonios solo son eso, un acumulo de ambición.

¿Cuántas veces había escuchado mencionar antes eso? Ren Tao no dejaba de mencionar que ella solo estaba con Yoh por lo que significaba ganar el titulo del Rey Shaman, eso no le molestaba en lo mas mínimo, entre ella y el castaño sabían muy bien por que se jugaron la vida en ello, no fue una venganza hacia Hao Asakura, no era para limpiar el nombre de la familia, ni para hacer del mundo un sitio mas feliz como todos pensaban que haría Yoh. El sacrificio de Yoh era por una razón mas personal y oculta, un deseo por parte de ella que el chico se forjó como objetivo aquella vez que se conocieron. Yoh estaba dispuesto a todo para llegar a ser el rey shaman con la esperanza de poder quitarle a Anna aquello que la hacia infeliz, un poder que la acercaba a Hao, la única persona capaz de entender la desgracia que traía aquella maldición.

Yoh solo quería que ella dejara de escuchar los pensamientos de la gente, ser privada de aquella empatia que le permitía compartirse a ella misma los sentimientos de los otros, de ver los secretos más ocultos y desagradables de la sociedad, los pensamientos egoístas, ambiciosos y mortales de cuanta persona pasaba frente a ella. ¿Qué diría Yoh si ella le dijera que después de su primer encuentro aquella habilidad estaba bloqueada entre ambos? Aunque ello no significaba que ni leyera la de los demás. No esperaba que se enfadara, no estaba en la personalidad del castaño reaccionar de esa forma, sin embargo posiblemente la decepción se dibujaría en la mirada del menos de los Asakura y eso no era algo que estaba dispuesta a soportar.


Sabia que ser descubierto lo pondría en aprietos, tanto a él como a Tamao, la pobre chica que no supo que hacer cuando él se incorporó del piso y decidió prestar oído a la entrevista. Estaba mal lo que estaba haciendo, no obstante se sentía con el derecho de enterarse de lo que ocurría, al menos eso se merecía después de que todo su esfuerzo se fuera a la basura por culpa de la abuela.

- Yoh-kun, Kino-san se va a dar cuenta- le rogó Tamao tomándolo de la muñeca derecha haciendo su mejor esfuerzo para no dejarlo ir.

No dijo nada, no protestó, no podía ser grosero con ella solo por estar en un mal dia. Se recargó en la pared del pasillo, pasó sus manos por el rostro y despeino su cabello con señal de su frustración. Tamao vio con alivio como se dejaba lentamente caer en el piso en señal de derrota. No podía evitar sentirse culpable por no poder decirle lo que ocurría.

- Ella se lo va a preguntar- dijo sentándose junto a él, ocultando su mirada en dirección contraria al castaño.

- ¿Qué cosa?- preguntó Yoh sin permitirse ocultar su incertidumbre.

- La va a liberar, tendrá que elegir.

Eso no le sonaba nada bien, no comprendía del todo, pero el semblante abatido de Tamao no dejaba dudas acerca de la gravedad del asunto. Miró hacia la puerta detrás de la que estaban las dos itakos, le quedaba tan cerca, pero no podía ir, la pelirrosa solo le había revelado esa información para que no saliera corriendo. Un mal presentimiento lo atacó, solo había una cosa en la que pondrían a elegir a Anna, y eso lo involucraba a él.



- Ya sea por ambición o por amor, tú decide, hoy que es tu cumpleaños numero diecisiete te permito elegir entre quedarte como la prometida de Yoh Asakura o deslindarte de la familia anulando tu matrimonio y permitiéndote rehacer tu vida en otro sitio- en esa ocasión su sonrisa no se dibujó.

No pronunció palabra, su mente quedó alterada después de escuchar eso, nunca se imaginó que de pronto a su maestra se le ocurriera tal proposición y en un momento como ese. Bajo su rostro, analizando las palabras, hasta el momento la anciana no le estaba poniendo condiciones, solo una simple decisión.

- Decide puedes ser libre o seguir al lado de mi nieto.

Tal vez en el pasado hubiera contestado de inmediato, sin embargo…

Eran demasiadas cosas en su mente las que se interponían entre ella y una respuesta.


Abrió los ojos grandes por el desconcierto, al final se olvidó del bienestar de Tamao y se dirigió a la puerta. No esperaba que apenas se hubiera acercado escuchara a su abuela con esas palabras. Su corazonada se volvía un hecho y su seguridad cayó por los suelos cuando notó que Anna no contestaba. Esperó, ella debía de contestar pronto.

- ¿Y bien?- preguntó ante el silencio de su discípula.

Se mordió el labio inferior, sus manos temblaban. No, no podía dar una respuesta.

Sus mejillas se tornaron de carmesí, no lo soportaba, no entendía como era que ella no contestaba, debía de tratarse de una respuesta sencilla. Tras de él Tamao se sentía avergonzada, esperando que él no tomara represalias sobre ella por permitir que todo sucediese de esa forma.

Propinó un suspiro, presionando con fuerza el objeto que todo ese tiempo llevaba en su mano, no se acordaba que todo ese tiempo lo llevaba sujeto hasta ese instante. Corrió la puerta hecho una furia, no le importaba que lo reprendiera Kino, más bien quería que se diera cuenta de que estaba ahí, de que reprobaba la posición en que había puesto a Anna. Y sobretodo, quería escuchar de una vez lo que la rubia tenia que decir en respuesta.

- Una decisión como esa también me concierne a mi, abuela- no moduló su enojo. Era la primera vez que se revelaba y por lo visto a la anciana mas que molestarle le causaba risa, pues ello le devolvió la sonrisa burlona que perdió cuando le reveló su “regalo” de cumpleaños a Anna.

Viendo que Kino no tenia intención de correrlo entró a la habitación, acercándose a la mujer que había optado por guardar silencio. Cada paso lo avanzó tomándose su tiempo, para así darle tiempo a que continuara su “platica” con Kino.

- Anna- formuló su nombre en un susurro que solo ella escucho cuando el joven su puso frente a ella, un escalofrío le recorrió la espalda cuando se dio por enterada de que él intentaba presionarla para que se apurara.

Levantó su rostro avergonzada, Yoh no merecía lo que estaba a punto de ver.

Sintió como su presión bajo hasta niveles mortales, el color se le fue del rostro, se había congelado en cuanto vio los ojos de la itako. Y en cuanto se recuperó, sus mejillas se pusieron incluso más rojas que antes, creyó escuchar romperse la caja del objeto que tenía su mano. No lo creía posible, después de tanto tiempo no lo podía creer, pensó que ella tenia al menos el valor de…

No soportó ver esos ojos por más tiempo, soltó un suspiro que daba a indicar toda su frustración. Se acercó a Anna y le entregó en sus manos el objeto que tan celosamente había resguardado todo el día.

- Feliz cumpleaños- murmuró antes de irse a toda prisa, empujando en el proceso a Tamao.

La rubia solo volvió a bajar la mirada, aun mas avergonzada que antes, pero en esta ocasión su vista dio a para no al oscuro piso de madera, sino a el obsequio envuelto con un papel de color rojo y un pequeño listón de color blanco.

Un presente que significaba el final de la ilusión de Yoh Asakura.






Fin el episodio.

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