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domingo, 10 de febrero de 2008

Te imagino - A fanfic of Fullmetal Alchemist

Nota: Fullmetal Alchemist no me pertenece. Aunque mis padres buscaron por todas partes a los Elric en Alemania, no pudieron encontrarlos.

El segundo de fullmetal, solo para aclarar las dudas que ya otras personas me han hecho: este es un EdWin, tal vez la chica no me caiga muy bien, pero lo real es lo real.


Te imagino

Por Lizeth Torres


Fullmetal Alchemist oneshot
Genre: Romance, drama
State: Complete
Fiction rating: T (13+)


Me llenas de innumerables quejas cada vez que nos vemos. Sin mencionar la amenazante llave de tuercas con la que no pierdes ocasión de señalarme cada que te respondo de forma grosera.

No es ninguna sorpresa, incluso Al insiste en que me tome la molestia de llamarte con mayor regularidad y no solo cuando alguno de mis miembros necesita reparación. Sigue siendo una sorpresa para mí que nunca te niegues a brindarme ayuda.

Excusa no existe, y por ello solo intento seguirte la corriente para que no te des cuenta de mis razones ocultas.

No lo entenderías. Mi razonamiento es tan confuso que si me detuviera a analizarlo ni yo mismo le encontraría suficientes bases de las cuales sustentarse.

Pensarías que estoy loco. Seguramente esa sea la verdad.

Si llegara a confesártelo no encontraría otra cosa a la cual aferrarme y finalmente sucumbiría.

Te imagino. Esa es la respuesta.

Mi abstinencia a verte es un mecanismo que se compensa con una bien nutrida imaginación. Cada vez que me siento en la necesidad de evocarte a mi mente, tu figura se aparece al instante.

Estas ahí, en tu taller, despreocupada trabajando en tus automails que tanto amas. Es preferible a pensar en lo intranquila que debes sentirte por nuestra ausencia.

No existe melancolía, no hay miedo, como si te encontraras ajena a todo. Alguien congelado en un instante de su vida donde ni la tristeza ni la alegría entran en conflicto.

Ahí no te preocupas por nosotros, te convierto en una actriz egoísta que finge que nada sucede, que nadie se ha alejado y que nada malo sucederá.

Dentro de mi sueño no nos necesitas y mi mente crea todo cuanto puedas desear.

Y tenerte en esa imagen crea un falso consuelo para mí.

De que no sufrirás el día en que nos llegue a suceder algo. De que no te expondrás en peligros por nosotros. Y que ninguna lagrima será dedicado a estos pecadores.

Por eso es que no te lo digo. La lastima es algo que nunca quiero provenir de tus ojos.

Y así, recibo cual regalo tu presencia, tu verdadera yo, sin importarme realmente la cantidad de insultos que puedas pronunciar. Guardando total silencio sobre este asunto.

Peleo contigo el tiempo necesario para que regrese mi humor. Intentando que la realidad no te golpee a ti como lo ha hecho conmigo. Fingiendo que no veo ese atisbo de soledad que se asoma en tu rostro, ese que he creado yo con el paso de los años.

Y cuando el “hasta luego” de ese día aparezca, quiero sentirme tranquilo de saber que mis sueños no son tan irreales, saber que tu imagen no es una mentira, que la soledad es momentánea y nuestro fugaz encuentro es una señal de que el lazo sigue ahí.

Te imagino. Cada mañana…cada tarde…cada noche.

Te imagino y eso es suficiente para seguir.

Te imagino, pensado que mis sueños llegaran a ser reales.

¿Son razones suficientes para seguir así?

Fin.

Pesadillas - A fanfic of Fullmetal Alchemist

Notas: Y comienza la era de los chispazos, pequeñitos fic de ideas aleatorias que surgen de la nada, espero que les guste.

Y no, Mundo, no es yaoi.

Pesadillas

Por Lizeth Torres

Fullmetal Alchemist oneshot
Genre: Angts, drama
State: Complete
Fiction rating: T (13+)


En las noches muy frecuentemente sufro pesadillas.

Silenciosos recuerdos que me atormentan a mitad de la noche y que me impiden poder volver a la tranquilidad de la inconsciencia.

Silenciosos pues sin importar el terror que puedo sentir, me los guardó solo para mi. Tú nunca te has dado cuenta, o eso es lo que quiero creer, te he ocultado con gran recelo cada escalofrío, cada sobresalto.

Al final termino observándote bajo la luz de la luna, a esa armadura que es tu actual refugio. La única idea que pude tener en ese momento crucial, cuando te veía desaparecer, fue encerrarte en ella, y últimamente me pregunto que tan acertada fue esa decisión.

Me cuestiono, ¿sabes? Lo hago cada día de mi vida desde aquel fatídico error, de esa aventura arrogante a la que te arrastre para conseguir el capricho de tener a mamá de vuelta.

Me he cuestionado desde ese día y cada vez la toma de decisiones se vuelve más inestable, tanto que a veces no estoy nada seguro de lo que hago.

Podría darte parte de la responsabilidad, pero no me atrevo, a fin de cuentas todo es mi culpa y por lo tanto no puedo meterte en más problemas, en mis problemas.

Claro que no lo ves, en eso es en lo que no escatimo fuerzas.

No te has dado cuenta, pues he sido un buen actor desde hace mucho tiempo, incluso ya practicaba cuando la salud de mamá se volvió un vaivén.

Solo soy una fachada, dentro no te imaginas el tipo de grotesca criatura que soy.

Tal vez te diste cuenta en una ocasión, si, recuerda que peleamos en ese entonces, fue cuando estuve a punto de sacrificar a todos esos prisioneros para conseguirte tu cuerpo de vuelta.

Debiste horrorizarte, yo mismo lo estuve días después de analizar mis actos.

Y es ese mi mayor temor, que antes de poder solucionar las cosas, te des cuenta de la clase de monstruo que es tu hermano. Por que el día que eso suceda estaré solo y eso es algo a lo que no estoy seguro de poder sobrevivir.

Todas las noches tengo pesadillas…

Sueños con imágenes de rayos de luz…

Sueños con esa criatura que no era mamá, retorciéndose y gimiendo de dolor…

Sueños en los que tú te alejas partícula por partícula…

Y en donde yo me quedo solo…

Totalmente solo.


Fin

Un lapsus de inspiración, creo que siendo hermana mayor, como lo es Edward, puedo entender parte de ese miedo que sintió cuando aun le carcomía la incertidumbre de no saber si Al lo odiaba, esa es una situación que uno como hermano mayor no puede soportar y una pregunta a la que muchos no estamos dispuestos a pronunciar.

viernes, 1 de febrero de 2008

Limites - A original fiction

Si, soy feliz, el primer texto que logró terminar en menos de dos semanas y el primero original que subo. Este va dedicado a mi amiga Arla, la causante de que lo terminará pronto y quien me obliga a dibujar para ella.
Como mencioné, este fic es totalmente original, asi que no traten de relacionar a los personajes por sus nombres, por que realmente no guardan relación alguna. Tal vez resulté algo extraño, pues esto carece de una introducción apropiada para que conocan la identidad de los personajes, a mi parecer, conforme se avanza en el relato, uno va conociendo a los personajes. En fin, la conclusión la tendrán ustedes.
Espero les agrade, pronto intentaré traer otros fics de varios generos, tengo planeado uno de Fullmetal Alchemist y tambien uno de Digimon que apenas se estan cocinando, ya veremos que sale de esas ideas.
Limites
Por Lizeth Torres

Original fiction
Genre: Shonen-ai, comedy
Chapters: 1
State: Complete
Fiction rating: T (13+)
Sentado en la mesa del rincón de la cafetería, seguía pensando en las palabras adecuadas para expresarse y entregar correctamente su mensaje al receptor que en ese momento estaba en el otro extremo del local formado para hacer su pedido. Si fuera posible prefería no hacer mención del asunto y arreglarlo por si mismo, sin embargo, en esta ocasión la intervención y comprensión de su novio eran requeridos sin opción alguna. No sabía si lograría que el tema se volviera tan serio para el otro como ya lo era para él, pero tenia que intentarlo, pues sencillamente no podía resistir la rabia que le daba solo recordar y pensar que la historia se repetía día tras día la mayor parte de la semana.

Soportar las manías de su pelirrojo era cosa sencilla; solo deja sus maquinas en paz y nada sucederá; si sus niveles de azúcar comienzan a subir a niveles próximos al coma diabético, solo es cuestión de llevarlo a la cama y suplicar que la energía se le acabé a él antes de que desfallezcas; y si lo miras con sus compañeras de clases…eso apenas lo estaba practicando.

Si bien, cuando vio con sus propios ojos que las habladurías de Akira, acerca de un supuesto harem personal ilusionado con la persona de Iori Shiyoshi, eran ciertas, estuvo mas que dispuesto a enseñarles lo importante del espacio personal. Iori no tomó de muy buena manera, después de que se dio cuenta de que no bromeaba, que tratara de forma grosera a sus “invaluables” compañeras. Aun recordaba la larga platica que le obligó a escuchar su pareja, le explicó la forma en que se llevaba con ellas y le recalcó que cada una estaba enterada de la relación entre ellos, y como extra adicional, le mencionó que estaban muy contentas por eso.

No esta de más ser un poco desconfiado y preferir la eficacia de la comprobación de hechos, así que tuvo que vigilarlo por unos días para estar seguro de que ninguna de esas susodichas mujeres tuviera otras intenciones con su pelirrojo. Lastima que no se dio cuenta de que Iori no era el único vigilado de por ahí.

Sucedió muy rápido, un minuto estaba de regreso a su auto y en otro siendo empujado con una venda en sus ojos a quien sabe donde. Lo siguiente que vio cuando se la quitaron, fue a medio batallón de las féminas de robótica rodeándolo. (En realidad eran solo 13 chicas, eso no puede considerársele batallón) (Cualquier número de mujeres locas reunidas ya forma un batallón peligroso) (Exageras) (Ja, como tú si tienes inmunidad diplomática te sientes seguro, pero yo era el ¡enemigo!) (No quiero peleas, luego se arreglan, necesito que sigan narrando).

– Noel, ¿no es así? – le preguntó una castaña, la culpable de su ceguera temporal. Apenas iba a abrir la boca, cuando una de esas desconocidas se la tapó – puedes gritarnos cuanta grosería quieras después de escucharnos ¿vale? – aunque asintió, la mano sobre su boca no cedió adivinando lo falso de su respuesta.

– Es mejor que nos apuremos, si no nos ven en la clase alguien podría pensar que estamos planeando algo.

“Esto no es planear, ¡Es ejecutar!” pensó mirando de mala forma a la posible lider de ese aquelarre.

– Bien, bien – la castaña dejó de lado a su amiga y volvió su atención a él – debes conocernos, digo, llevas un tiempo dirigiéndonos malas vibras cada vez que estamos con Iori.

“Con obvias razones, queda demostrado que son mujeres peligrosas” como adivinando sus pensamientos ella y otras tres sonrieron entretenidas con su irritada fisonomía.

– Sabemos que no te agradamos y nosotras aun no tenemos suficientes elementos para poder juzgarte, por ahora sigues siendo el hombre que entró misteriosamente en la vida de nuestro Iori.

“¿Nuestro? Corrección, mío, es mío, MIO”

– Así que meditándolo, pensamos que esa actitud tan posesiva que has tomado frente a nosotras se debe a la poca interacción entre ambas partes – lo sentaron en una silla que al parecer ya tenían dispuesta de antemano para la situación.

¿De quien rayos fue la idea de dejar ese lugar tan apartado de las aulas y rodeado por aquellos arbustos que tan fácilmente ocultaban la presencia de todas ellas? Malditas parejas de enamorados, que escogían no ir a ese sitio a besuquearse en un día como ese, con una persona que interrumpiera estaba seguro de que lo dejarían huir.

– Estamos aquí para hacerte saber que si intentas alejarnos de nuestro niño, tendrás noches plagadas de pesadillas por el resto de tu vida – mantener esa cara gentil con una sonrisa mientras salía de su boca una amenaza como esa le hacia recordar las veces que por alguna razón cometía un error que hacia enojar hasta el limite a su pareja (usualmente cuando por error tiraba con su codo las cajas de Petri que el pelirrojo dejaba en la mesa de noche). Así que de ella había aprendido ese lenguaje físico-verbal tan espeluznante.

– La amenaza iba después, al final, Isabel – una tigreña se puso en medio para calmar el comportamiento de su vocera.

– Ah, me he dejado llevar, perdón – no se iba a tragar la disculpa así de fácil, seguía estando atrapado por ellas, aun era su rehén y los rehenes no aceptan gentilmente las palabras de su secuestrador sin un arma blanca presente – aclaremos entonces nuestra posición y finalicemos – se aclaró la garganta como si lo siguiente fuera un discurso épico – varias de nosotras, incluida yo, tenemos pareja, incluso algunas ya están por formalizar el compromiso – la líder volteó a ver a una sonrojada chica con lentes, luego retomó la platica – ninguna de nosotras está interesada amorosamente en Iori, no miento al decir que tal vez alguna lo estuvo en el pasado. Lo abrazamos, besamos en la mejilla, nos acurrucamos en él, lo tomamos de la mano, pero nunca intentamos nada más.

“¿Nos acurruc….? Rayos, rodaran cabezas, lo juro, lo juro”

– Si no te agrada eso, intentaremos hacer algunos sacrificios, mas no creas que lo pararemos del todo, ya hemos dejado de incluirlo en las fiestas del sábado, ya no desaparecemos con él después de las clases. En cambio ahora tenemos que ayudarle con ciertas tareas de los fines de semanas…– ella arqueó una ceja acusándolo de eso ultimo.

“A mi no me mires, yo no administro su tiempo, diablos, ni siquiera tengo que pensar en darte explicaciones”

– Le sugerimos que ropa ponerse en las citas y le hemos dado todo el espacio que él nos pide. Pero…– un tic invadía la ceja arqueada de la castaña al tiempo que un aura extraña parecía irradiar atrás suyo – esto no parece reciproco, alguien se empeña en separarlo cada vez mas de su mundo.

“¿Su mundo? Están locas”

Fueron quince minutos mas de tortura para él y tal vez hubiera sido más tiempo si un guardia no pasaba por ahí y las ahuyentaba. En conclusión solo se trató de una amenaza para que no acaparara a SU novio, aunque antes de irse aquella chica le gritó que cuidara bien del pelirrojo. Al final se trató de un tratado de paz en medio de un ambiente hostil.

Esa misma noche tuvo una conversación con Iori, que en lugar de ser seria, se convirtió en una carcajada sonora y sincera a la que tuvo que resignarse Noel. Que un grupo de chicas lo retuviera en contra de su voluntad sin necesidad de armas o cadenas no era algo muy común y solo pudo asociarlo al miedo de que sus conocimientos en tecnología las convirtiera en un digno adversario (todas juntas cabe mencionar) o a que Michiru le tenia demostrado que la crueldad femenina no tenía limites cuando cuidar de sus crías se trata (aun la recordaba acercando el filo de un sable al cuello de un acorralado Seishiro), y ese papel lo representaba Iori para todas ellas, una pequeña cría que se encargaban de cuidar de los depredadores. Eso último lo hizo meditar y cuando el asunto parecía olvidado para el pelirrojo, decidió firmar tranquilamente el tratado de paz y cooperación definitivo. Tener ese tipo de aliadas resguardando de su novio era una ventaja que hasta ese momento llegaba como un barco de salvación.

Pero apenas saboreaba la tranquilidad, cuando una nueva bomba estalló encima de él. Los lunes en la tarde eran libres para su pareja, se trataba de su día de descanso en el trabajo y también el día en que tenia menos clases, por lo que lo usual era escaparse directo a la casa del pelirrojo, tal vez comer y aprovechar para salir a algún sitio, era lo común (y claro solo cuando ambos tenían tiempo), por lo tanto no llamaba del celular para ponerse de acuerdo.

– No está – le avisó Akira que en ese momento aprovechaba para recoger todo el desastre que ocasionaba cada día el torbellino Shiyoshi.

“¿Por qué él si puede tocar esas cosas y yo no?” Miró con recelo como el castaño lo ignoraba mientras continuaba con su tarea. Tal vez sintió su mirada penetrante, por que dejó a un lado la caja de cartón llena de material, para retomar el asunto.

– Lo llamaron del trabajo, una tal Anette no fue a trabajar y tuvo que sustituirla.

– ¿Entonces por que no me avisó? – Akira se sentó en la litera perteneciente a su compañero de cuarto, lo miró de forma arrogante y contestó:

– Ahora ya estas avisado ¿no? – últimamente todo el que se le cruzaba era un reto a su paciencia y a su misericordia.

– Si han peleado otra vez por la limpieza del cuarto, no es motivo para que me metas en la bronca.

– En realidad si peleamos, pero por otro tema – se quedó meditando entre si debía decirle o no, lo volteó a mirar, murmuró algo y luego se levantó para ponerse al nivel de Noel – me ha contado el incidente con esas locas de robótica.

“Ese…ese…arggg” su riego sanguíneo traicionó tiñendo ligeramente sus mejillas, ese se trataba de un tema (vergonzoso) que solo tenia que quedar entre los dos, ni siquiera él se lo había contado a alguien mas.

– Si te sirve de consuelo te diré que no eres el único al que le ocurre una situación tan particular como esa – un suspiro fue lo único que salió como seña de recordar la ocasión en la que él también fue acosado aun sin ser la pareja sentimental del pelirrojo – solo son territoriales, así como las leonas, pero sin el apareamiento ni la procreación, pero no es de ellas de las que debes preocuparte – se quedaron mirando en silencio hasta que comprendió.

– ¿Hay mas? – no quiso sonar alarmado, peor lo estaba, si las anteriores eran unas leonas “inofensivas”, entonces haber adivinado lo que diría Akira no era un premio.

– Tres exactamente, y estas tienen muy claro el objetivo, solo ve a verlas, al menos dos de ellas deben estar trabajando en este momento junto con Iori en la tienda – recogió la caja de cartón nuevamente y se dispuso a salir – solo vete calmado – le indicó antes de dejarlo solo y desconcertado.

“¿Es que no me van a dejar en paz nunca las mujeres?” Pateó algo sin ninguna consideración, pero luego se dio cuenta que tal vez ese había sido alguno de los proyectos del pelirrojo, que ahora estaba seguramente roto “Solo vete de la escena del crimen, él no sabe que estuviste aquí”.

No quería usar la táctica anterior de solo observación, así que en esa ocasión entraría a la tienda de música y conversaría un tiempo con el pelirrojo, cuando un cliente llegará seguramente tendrían que separarse por unos minutos y entonces tendría tiempo para conocer al nuevo enemigo. Pero no había pelirrojo cuando entró, lo buscó por todas partes sin encontrar rastro suyo. Pensó que tal vez habría salido, así que se fue a uno de los anaqueles para fingir que buscaba un disco. Seguramente las dos chicas, que podía ver desde el anaquel que escogió, no lo conocían y por lo tanto su presencia pasaría desapercibida. Solo tenia que esperar un poco hasta que el ojiazul volviera al trabajo.

– ¿Necesitas ayuda? – le abordó una de ellas luego de unos minutos, una rubia apenas mayor de edad con cierta manía por el maquillaje que casi le hacia parecer payaso de circo (Noel, estas exagerando, ella no usa tanto) (No miento, a ti se te hace normal por que la tuviste que soportar durante meses).

– Pues…– decir que solo estaba mirando era una forma rápida de deshacerse de ella, pero si quería cambiar realmente de estrategia, necesitaba hablar con ellas y que mejor oportunidad que esa, Iori seguía desaparecido así que no podría intervenir en caso de que las cosas se pusieran feas – en realidad estoy buscando a alguien – Lo dijo de tal manera que su otra compañera también escuchara, siendo lunes no había mucha gente, por lo que podía darse el lujo de involucrarlas a ambas.

Ambas se vieron, tal vez pensado que se refería a alguna de ellas, lo cual le indicaba que Akira había acertado al decirle que solo se encontraría con dos terceras partes del enemigo. Dejó el disco que tenía en sus manos y se dirigió al mostrador, seguido por la rubia, a donde estaba la otra chica.

– Buscaba a Iori, trabaja aquí ¿no? – preguntó a la castaña al otro lado del mostrador, se veía un poco mayor que la rubia.

– ¿Eres amigo de Iori? – no esperaba que ambas se pusieran contentas por eso, ¿qué no entendían que estaba a punto de estallar una guerra?

– Pues algo así – se guardaría en secreto la relación que en realidad guardaba con el pelirrojo, así le soltarían información con más facilidad y rapidez – quedamos en salir el día de hoy y no me avisó que tenia trabajo.

– Nunca nos ha presentado a ninguno de sus amigos hasta ahora, es una sorpresa conocer a uno – le indicó la castaña. Nuevamente ambas mujeres intercambiaron miradas, esta vez conspiradoras.

– Entonces, antes de que venga necesitamos preguntarte algo – le pidió la rubia.

Tuvo que ser paciente, ya se lo había esperado y es que si no lo reconocieron a la hora de que mencionó su nombre, ello significaba que para ese par de mujeres, la vida privada y escolar de Iori era un gran secreto que el pelirrojo misteriosamente se guardaba para sí. No reveló ninguna verdad tras cada pregunta que le hacían, solo procuraba dar respuesta escuetas, si Iori no les había dicho nada por algo debía de ser.

Por suerte logró agarrarle el ritmo a la charla y hacer a un lado la vida del pelirrojo para que ellas comenzaran a presentarse. Ambas aun eran estudiantes de bachillerato y por los datos que le daban estaba seguro de que eran compañeras de clase o amigas intimas. Llevaban medio año trabajando ahí y por lo visto querían alargar su estancia cuando entraran en la universidad. Por suerte no mencionaron la robótica como su futura profesión, sería devastador que se unieran al escuadrón de leonas y generaran una verdadera revolución, revocando el neonato tratado de paz y solidaridad. Pero llegado a cierto punto, su poca paciencia que le quedaba explotó al escuchar cierta pregunta.

– ¿Sabes si Iori tiene pareja?

“Claro que tiene ¡Soy yo! ¿Qué no escuchaste cuando te dije que íbamos a tener una cita?”

Su molestia no derivada en el hecho de que una de ellas se atreviera a ser tan ciega como para no darse cuenta de enfrente de quien estaban, en realidad comenzaba a pensar que quien necesitaba una verdadera lección, era cierto ojiazul por el momento desaparecido. Que el pelirrojo lo ocultara de esa forma no era agradable, si pudo decirle a las, según esto, “inofensivas” amigas de la universidad que eran pareja, no se explicaba como era que aun se lo ocultaba al grupo de mujeres que realmente necesitaba enterarse.

“Calma, calma, tal vez tenga una explicación arggggggg…no puede ser tan distraído como para que se le olvide mencionar ese IMPORTANTE detalle de su vida”

Escuchó como seguían hablando, ignorándolo por el momento, como para darle tiempo para que pensara bien su respuesta. Estaban pidiendo que su respuesta fuera positiva para ellas, mencionaron una competencia para ver quien se quedaba con él y se atrevieron a decir que ya llevaban tiempo esperando que sus tácticas se volvieran más directas. La respuesta que él les diera significaría la señal para ser libres de hacer con el pelirrojo lo que quisieran, sin inhibiciones y sin temores, o bien, el punto en el que sus esperanzas se esfumarían y tendrían que resignarse a buscar otro objeto de su afecto.

“Quieren una respuesta, puedo dárselas si gustan, no saben como lo disfrutare”

No debió de regocijarse con su imaginación, si hubiese actuado de forma más rápida, tal vez el problema hubiera terminado ahí. Sin embargo el tema principal de la tarde apareció justo en el momento en que su boca iba a causar un paro cardiaco a un par de corazones adolescentes.

– Noel, ¿Qué haces aquí? – arrugó el entrecejo al escucharlo hablar, parecía feliz de verlo y delatadoramente nervioso al observar el escenario completo.

– Visitándote en el trabajo – el pelirrojo se disculpó por no avisarle y luego también dirigió otras disculpas a sus compañeras de trabajo pidiendo un poco mas de tiempo antes de regresar a su trabajo. Ellas muy apenas aceptaron, molestas por la interrupción ante un tema tan crucial.

No abordaron mucho en el tema de la visita sorpresa, por decisión de Iori. En lugar de eso se pusieron de acuerdo para verse al día siguiente. Quería regañarlo, pero al verlo tan nervioso sabía que lo único que lograría era causarle un colapso o que se preocupara durante toda la semana. Luego de despedirse decidió buscar información de otra forma. Tuvo que regresar a buscar a Akira, solo esperaba que no hubiera salido de la casa. Por suerte estaba en la sala rodeado de libros, viendo televisión mientras estudiaba.

– Sabia que volverías – soltó un gruñido al escuchar las palabras del castaño, ser estudiante de psicología no le daba el derecho de jactarse de su capacidad para comprender el comportamiento de las personas – es algo obvio.

“O es acaso que se siente psíquico”

– Me hiciste ir hasta allá, ahora me debes una explicación – Akira lo invitó a quitar un libro del sillón para que se sentará.

– A Iori no le agradan de todo, pero las aguanta por razones desconocidas – en eso ambos estaban de acuerdo, quien aguantara un par de voces tan irritantes era un fenómeno – hace tiempo que comenzaron a insinuársele, ante las negativas de Iori pensaron que posiblemente tenia novia, por lo que decidieron ser mas sutiles, aunque no pierden oportunidad de ponérsele encima a Iori.

– Eso ya lo vi, mejor dime algo que no sepa – gruñó Noel deseando que ese día ya terminará.

– El verdadero peligro es que están dispuestas a todo con tal de conseguirlo, si conocieran la verdadera identidad de la pareja de él, seguramente harían algo para separarlos – Noel levantó una ceja – una de ellas bien podría irte a decir que Iori te engaña con ella, o que se acostó con él, o cosas semejantes, lo mas posible es que al menos eso te dejará dudando, en el mejor de los casos, en el peor, eso te haría enfadar y poner en jaque a Iori, y no digas que no lo harías, si un grupo de chicas desinteresadas emocionalmente te hicieron dudar, cuanto mas un trío de obsesionadas con el amor – si eso no funcionara la cosa podría ponerse peor.

– Peor ¿Cómo? – no es que pensará que las subestimara, bueno, si las subestimaba, eran niñas, no tenían el dinero suficiente para contratar un asesino, solo había que ver el trabajo en el que estaban para saber eso.

– Es muy fácil conseguir drogas en esta ciudad y mucho mas fácil conseguir una habitación en un motel, el resto te lo dejo a tu imaginación – llegaba a una conclusión, como psicólogo Akira no iba a conseguir muchos clientes a menos de que fueran personas masoquistas que quisieran ver su orgullo aplastado en menos de media hora.

– No pareces muy preocupado, no te veo intentando solucionar el problema.

– Ya intenté hablar con Iori, pero es tan cabezota que cada vez que saco el tema, me manda por el arco del triunfo, es por eso que te lo estoy informando, esa es la razón por la que discutimos el día de hoy después de que le llamaran para que asistiera al trabajo, si alguien puede convencerlo de conseguirse un mejor trabajo ese eres tu – el voto de confianza lo relajaba un poco y la responsabilidad puesta en sus manos no le resultaba tan pesada, si bien el pelirrojo podía ser terco en algunos aspectos, en otros eran tan fácil convencerlo, que solo necesitaba darle la orden. Solo esperaba que fuera lo segundo y no lo primero el tema a tratar.

Y era por eso que tras varios días de meditación se decidió a hablar. Estar en la cafetería en ese momento no tenía otra excusa e incluso se preguntaba si el pelirrojo no estaría algo confundido por la invitación tan repentina de almorzar en ese sitio. No obstante, por el momento su pareja no había hecho ninguna pregunta, si es que la tenia, solo aceptó la invitación sin rechistar metiendo sus dudas en el lugar donde seguramente guardaba la ubicación de sus llaves cada vez que las perdía. Cuando lo vio acercarse se sintió nervioso, no sabía como reaccionaria ante el tema que abordarían, podría tomar a broma todo o sentirse ofendido ante la petición que le realizaría. Un suspiro lo traicionó escapando de su boca, delatándolo de forma inevitable.

– ¿Te ocurre algo? – un sarcasmo quiso escapar de su boca, pero se contuvo a tiempo antes de cometer una tontería como esa.

– Si – respuesta mas sincera no era posible pronunciar.

– ¿Qué sucede? – la cara preocupada de Iori lo hacia dudar.

– Es sobre tus compañeras de trabajo.

– Pensé que ya habíamos hablado de eso – contestó el pelirrojo con media sonrisa.

– No, hablamos de tus amigas de la universidad, eso es punto y a parte, me refiero a tus compañeras de trabajo – le aclaró antes de que comenzara a defenderse y no le diera oportunidad de seguir hablando.

– Noel, ya me estas preocupando, incluso te pones celoso de unas niñas de preparatoria – el mencionado frunció el ceño disgustado por el comentario, ¿celoso?, él definitivamente no lo estaba, eso significaría rebajarse al nivel de esas tipas. La risa que escuchó no le ayudó mucho en mejorar su humor, su novio ya había degradado la plática, que tanto había planeado, a un mero circo, donde él era la mayor atracción.

– No estoy celoso, solo estoy diciendo que no es correcto que sigas trabajando en ese tipo de ambiente, ¿no has pensado en lo que te podría pasar si bajas la guardia? – que la atención del pelirrojo se centrará en el era difícil, estaba entretenido poniéndole el popote a su bebida, solo sus miradas se cruzaron cuando mencionó el ultimo comentario.

“Ya lo sé, ya lo sé, tan solo son niñas, no me importa, aun así estoy preocupado” eso fue el pensamiento que quiso transmitir por medio de su mirada, logrando que una sonrisa entretenida se dibujara en su pareja.

– Que te pongas así por ir solo un día a mi trabajo me indica que has hablado con Akira – ups, no tenía pensado meter a cierto castaño en la conversación. Solo se encogió de hombros.

– Ya somos dos, ¿eso no te dice nada? – le contestó ofendido de que le prestará mas atención al platillo frente a él que a la platica.

– Eso me dice que tengo un par de padres adoptivos que no conocía, pensé que se trataba de mi amigo y mi novio, pero me equivoqué – enfadado le quitó el tenedor de la mano – oye…estoy comiendo – si no estuviera molesto le parecería tierno el puchero del pelirrojo, pero en ese momento estaban comenzando una guerra.

– Y yo estoy tratando de hablar contigo, ¿me puedes poner atención por un minuto? – le exigió tomando su muñeca derecha para evitar que tomará ahora la cuchara.

– Te pondría atención si estuvieras hablando de un tema más relevante.

– Es en serio, Iori, ya deja de trabajar ahí – presionó mas la muñeca haciendo que un quejido saliera de la boca de su pareja.

– Pero me gusta trabajar ahí, recibo buena paga y no tengo que hacer gran cosa – pensó si era seguro decir lo que seguía, su mano ya estaba poniéndose como hoja de papel y un poco mas de presión podría ocasionar una fractura en su muñeca – ellas hacen todo el trabajo y me compran comida y dulces.

– ¿Te estas aprovechando de ellas? – vio como Iori se mordía el labio inferior y luego volteó hacia la parte izquierda de la mesa, justo al sitio en que se perdía la mirada ojiazul, ahí donde su mano sostenía con excesiva fuerza el brazo del pelirrojo.

“Vaya, ni cuenta me di” En cuanto soltó la muñeca del otro, vio como la cara del pelirrojo se llenaba de alivio.

– Diciéndolo así suena feo, solamente me dejo llevar – entrecerró los ojos analizando al chico que se masajeaba su brazo con sumo cuidado.

– Ahora entiendo por que siguen intentando conquistarte, seguramente les dejas señales para que sigan con esperanzas – se cruzó de brazos logrando que el otro se pusiera nervioso.

– No les doy señales, solo dejo que sigan el juego, eso es todo, nunca he dicho si o no – fue lo que consiguió decir luego de balbucear varios intentos de respuesta.

– Si no renuncias, olvídate de los fines de semana – bien, sonó algo infantil, pero de esa forma pareció surtir mejor efecto que si lo hubiera dicho mas serio.

– Pero…no puedes hacer eso – lloriqueó sin importarle que los vecinos de las mesas contiguas se enteraran de media conversación.

– Claro que puedo hacerlo, significa igual un sacrificio para mí, pero si con eso aprendes la lección – la siguiente plegaria no llegó, pensó que tal vez seguiría suplicando, pero en lugar de eso salió con otra cosa:

– Recordé que tengo que ir a uno de los laboratorios a ayudar je je je – dijo Iori incorporándose, sorbió rápido de su bebida y tomó su mochila – luego seguimos hablando.

– No intentes escapar de esta.

– No estoy escapando, ya te dije que tengo cosas que hacer, nos vemos luego – y como si no fuera más obvio, su nerviosismo lo hizo correr como poseído en cuanto salió de la cafetería, pudo verlo desde la ventana en la que estaba su mesa, mientras que los que estaban afuera pensaban que tal vez era un chico con la cabeza incendiándose el que pasó como bólido cerca de ellos.

– Me las pagaras – murmuró al ver que no volvería.


Nada resultó como esperaba, si bien solo consiguió dejar su postura muy en claro, había cometido la estupidez de auto-castigarse al fijar el castigo de cero salidas en fin de semana. Su única esperanza era que Iori recapacitará pronto y antes del fin de semana todo estuviera solucionado, pero ya pasaban tres días desde la conversación y aun ni señales de vida del otro. Comenzaba a recapacitar acerca de la forma en que abordó la amenaza, tal vez para Iori no era gran cosa quedarse solo en casa un fin de semana. Incluso ya estaba cuestionándose si el castigo realmente se le había volteado hacia él. Debió de recurrir mejor a la idea de secuestrar el último prototipo que vio en la habitación de su pareja, había subestimado la fuerza de voluntad de una persona como la que era Iori.

Estaba hundido en el volante de su auto, pensando que en seis horas sería sábado, cuando el vibrador de su celular le hizo dar un respingo en su asiento. Se trataba de un mensaje corto y claro, el remitente resultaba ser una novedad.

Estoy en casa, ven

Luego se quejaría de la orden, estaba contento de que sus plegarias se escucharan, por que si el pelirrojo había mandado ese mensaje, solo significaba que por fin había entendido y obedecido su petición. O bien, podría solo ser un engaño para atraerlo hacia él.

Cuando llegó no tuvo que tocar a la puerta, Iori ya estaba sentado sobre uno de los escalones de la entrada, quizá esperándolo. Al detener el auto dudó en salir, el pensamiento de que solo iba a mentirle crecía cada segundo, tal vez quería abordarlo afuera para que nadie adentro lo desmintiera. Si abría la puerta, vería a Akira amordazado y atado de pies y manos para que no pudiera advertirle.

“Ya me estoy volviendo paranoico” decidió salir y mostrarse lo mas calmado posible.

– Y bien ¿Qué quieres? – bueno, no pudo mantenerse tan templado como lo deseaba.

– Es viernes en la tarde, ¿no? – fue invitado a sentarse, no se negó.

– Eso significa que…

– Que tu eres un maldito manipulador – se sorprendió de que no fuera un verdadero reproche – celoso y posesivo, debo agregar.

– No lo habrás hecho solo por que es fin de semana – si era así, se sentiría mal, nunca había pensado que fuera una relación basada solo en el sexo, y no le gustaría que le confirmaran que en realidad era así.

– No seria la primera vez que fuéramos a pasar el fin de semana por separado – se quedaron un momento viéndose y luego agregó – no está bien lo que hacía y me di cuenta de que esta vez no iba a haber ganador si seguía terco en mi posición, no me gustaría perderte por una tontería como esa.

– Así que…renunciaste – vaya sorpresa, esperaba alguna excusa en lugar de eso.

– Lloraran, quemaran un muñeco budu con mi nombre, tal vez sea maldecido hasta la eternidad, pero sip…renuncié, lo tenía planeado una hora después de dejarte en la cafetería

– ¿Me dejaste esperando una semana a propósito? – le reclamó, recibiendo una risita que había extrañado toda la semana.

– No fue a propósito, apenas hace unas horas que renuncié, necesitaba que el gerente fuera a la tienda para darle la renuncia – miró la cara de Noel que gritaba “pudiste ir a llevarla a la oficina de contratación”, volvió a reírse de su expresión – ¿y olvidarme de la parte divertida?

– ¿Parte divertida? – preguntó confundido.

– Solo quería ver que cara ponían cuando le entregará la renuncia enfrente de ellas, debo mencionar que no fueron unas expresiones muy lindas las que pusieron.

No supo que decir, pensaba que quizá ese era un asunto que el pelirrojo había analizado desde antes de que se lo mencionara ese día en la cafetería y que en realidad él era el detonante necesario para que todo se llevara a cabo. Buscó algún tipo de remordimiento, una palabra de arrepentimiento, incluso un reproche, pero eso no llegó.

– Llevé mucho tiempo sin una pareja seria, y por eso yo nunca tuve alguien que me dijera hasta donde podía llegar, solo me guiaba por mis caprichos y mi comodidad – le besó en la mejilla – así que te doy permiso de educarme en eso, ponme limites.

Antes de que volviera a alejar su rostro lo tomó de la nuca atrayéndolo al suyo, lo besó de forma tan intensa como intenso fue su deseo de verlo esa semana. Cuan extraño le era sentir tal dependencia hacia una persona. Debería pensar muy bien la próxima vez que quisiera debatir con su pareja.

– Así que límites – murmuró cuando se separaron.

Se le venían a la mente un par de ideas interesantes.

Eso seria divertido.


Fin
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